Una cápsula del tiempo es un recipiente hermético construido con el fin de guardar mensajes y objetos del presente para ser encontrados en el futuro. Hoy, 8 de marzo de 2012, nos hemos propuesto crear una cápsula cibernética llamada “Lugares para compartir”, con la intención de guardar en su interior un legado de amor a la tierra en el que se conservarán intactos aquellos lugares que con el paso del tiempo pasarán a ser recuerdos. Por eso queremos animarte a participar, y que tú también formes parte de este reportaje contándonos cuál es ese lugar especial de Almería que quieres compartir con los demás.

Pero no pienses que vas tener que escribir sobre una página en blanco, porque ya hay un enamorado de Almería que ha querido escribir las primeras líneas. Se llama Jose Manuel Navarro, un sabedor de ritos y leyendas que día a día resucita la historia de nuestros antepasados para transformarla en una realidad viviente.  

1. Ver un amanecer desde el Cerro de San Cristóbal

 El cerro de San Cristóbal es el mirador más espectacular de la ciudad, con unas vistas inigualables de Almería y la Alcazaba. ¿Sabías que en época musulmana el cerro era conocido como Monte Laham o Monte de la Carne? Ocurría así por que en sus faldas se encontraban todas las carnicerías y mataderos que abastecían al antiguo mercado de la ciudadela.

2. Desayunar en los bares del Parque Nicolás Salmerón

Entre el puerto y la urbe el Parque Nicolás Salmerón es el más extenso de la provincia. Dividido en dos zonas diferenciadas por la historia, el Parque Viejo está habitado por árboles centenarios cuya sombra se proyecta sobre la fachada de pequeños bares típicos ideales para comenzar el día con un completo desayuno.

3. Tomar el sol de invierno y salir a patinar al Paseo Marítimo

Con una media de 2.965 horas de sol y 106 días despejados al año, Almería es una de las provincias más soleadas de Europa. Por eso no es de extrañar que los fines de semana el Paseo Marítimo sea zona de reunión para los almerienses.

4. Bañarse en primavera o en otoño en el antiguo cargadero de sal de la Almadraba de Monteleva

Los 219 km de costa que bordean el territorio almeriense incluyen diversos accidentes geográficos, como el Golfo de Almería o Cabo de Gata. En este último, la población pesquera de la Almadraba, dedicada anteriormente a la explotación de sal, se presenta al visitante con su enhiesta torre de la iglesia, aguas cristalinas y cientos de especies ornitológicas que utilizan este ecosistema para invernar y descansar de los desplazamientos migratorios.

5. Tomar un té y un dátil relleno de chocolate en la Tetería Almedina

Una de las teterías más auténticas de la ciudad enclaustrada en el casco histórico, La Medina, que se dibuja en calles y rincones por los que merece la pena perderse y disfrutar del legado de la cultura musulmana.

6. Visitar los Refugios de la Guerra Civil

Como consecuencia de los bombardeos sucedidos durante la Guerra Civil, los almerienses construyeron una galería de refugios para proteger a la población civil de los ataques. Descender hasta allí es adentrarse en un laberinto histórico en el que descubrir como el misterio y los recuerdos del pasado se han quedado tatuados en sus pasillos.

 7. Situarse en la Rosa de los Vientos y escuchar tu propio eco

Al final de la rambla aguarda tallada en el suelo La rosa de los Vientos, brújula universal para marinos y pescadores. Situarse sobre ella con el mar de testigo y gritar hacia al horizonte para escuchar tu propia voz reescrita en el aire, es una experiencia única.

8. Ver atardecer desde la Torre de la Pólvora

La Alcazaba se divisa desde cualquier punto de Almería y es la ciudadela más grande construida por los árabes en España. Allí se encuentra la Torre de la Pólvora, una fortaleza protectora en la que se tamizan los últimos rayos de sol envolviendo al visitante en un sueño dorado.

9. Pasar una noche en las 4 calles, disfrutando del ocio nocturno y la gastronomía almeriense

Cuando llega la noche se inicia un viaje vibrante hacia lo profundo de la ciudad. Una transformación radical recubre las calles, y las luces se convierten en el señuelo que conduce al visitante hacia los bares y terrazas, en los que se puede disfrutar la gastronomía de la provincia, para después dejarse llevar a través de la música al vibrante mundo del ocio nocturno.

10. Hacerse una foto con ALMERíAdeFIESTA

Y es que los flashes de ALMERÍAdeFIESTA llevan inmortalizando sonrisas desde hace más de dos años, consiguiendo que todos los almerienses y personas que visitan nuestra provincia tengan su foto y compartan con nosotros momentos únicos. 

El siguiente lo decides tú...¿quién sabe hasta dónde llegará esta cápsula del tiempo?